El Bloque por el Paro General Indefinido condena la agresión imperialista norteamericana contra Venezuela



Por Bloque por el Paro General Indefinido

En las últimas semanas los Estados Unidos han escalado su agresión contra el hermano país y el pueblo de Venezuela, la cual ya completa varios años, y que se agudizó con el embargo decretado el 5 de agosto del año pasado, la primera acción de esta clase contra un estado en el hemisferio occidental en los últimos treinta años. Con ello se agravaron las penurias que ya venía sufriendo el pueblo venezolano, dejándolo al borde de la hambruna y de la muerte por enfermedades controlables. Hoy se cuentan por decenas de miles los fallecimientos por falta de suministros médicos para diálisis y por enfermedades como VIH, diabetes, hipertensión, etc., a lo cual se le sumará la amenaza de la pandemia.

El recrudecimiento de la intervención comenzó el 26 de marzo cuando el fiscal general William Barr anunció recompensas de decenas de millones de dólares por varios altos miembros del gobierno, incluido el presidente Maduro, bajo la acusación de conspirar para “inundar” de cocaína a los Estados Unidos y otros delitos.

Luego, el pasado 31 de marzo, el Departamento de Estado expidió el Programa para la Transición Democrática en Venezuela, un documento de 12 puntos que busca dividir a los diferentes estamentos del gobierno y a las Fuerzas Militares con promesas de perdón de la superpotencia y recuperar el total control de Venezuela. Allí se ordena el traspaso de todos los poderes a la Asamblea Nacional, controlada por la camarilla proyanqui. Esta creará un Consejo de Estado, que convocaría elecciones presidenciales y de Asamblea Nacional a más tardar en un año luego de nombrado; elecciones que serán supervisadas por “la comunidad internacional”, la que en últimas validará o no los resultados. La Asamblea Nacional podría permitir el estacionamiento de tropas extranjeras en el país.

Con base en esto, gradualmente, los Estados Unidos levantarán las sanciones al gobierno, a PDVSA y al resto del sector petrolero; y a los integrantes que a bien tengan del anterior gabinete y de las Fuerzas Armadas. Además, el ucase determina el inicio inmediato de negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); orientadas entre otras cosas, a la refinanciación de la deuda.

Para presionar la aceptación de este plan, Trump, rodeado de los principales funcionarios del país, el 2 de abril anunció que para el éxito de su política de “presión máxima” era necesaria una mayor presencia militar en el hemisferio, por lo que había decidido ordenarle al Comando Sur hacer un despliegue militar sin antecedentes en el mar Caribe y en las costas del Pacífico Oriental de destructores, portaaviones, buques de combate armados con misiles, aeronaves y miles de soldados.

Semejante ofensiva pretende, desde luego, salir del actual gobierno venezolano, mediante una negociación o un golpe interno, o una eventual invasión al estilo de la efectuada en Panamá, en 1989, para derrocar a Manuel Antonio Noriega. No obstante, el objetivo es de mucho mayor alcance. Se trata
de una disputa por el dominio entre el imperialismo norteamericano y las potencias capitalistas de China y Rusia, países que por sus intereses económicos respaldan al gobierno venezolano, como lo hacían con el boliviano, y que tienen, especialmente China, crecientes relaciones de negocios con la mayoría de los países del subcontinente. No se puede olvidar que el imperialismo, entre otras cosas, recurre a las guerras para repartirse zonas de influencia o saquear recursos naturales, como en este caso los ricos yacimientos petroleros de Venezuela, los más grandes del mundo.  De ahí que el pretexto del narcotráfico no solo es inaceptable debido a que no hay ninguna causa que justifique la agresión a una nación, más aún cuando los verdaderos responsables de la “inundación” de narcóticos son las propias clases dominantes gringas, que le han instilado al país un desaforado consumismo y lo han sumido en la más abyecta descomposición. 

A semejante agresión le ha servido de comparsa el gobierno colombiano, cuyo papel ha sido humillante y vergonzoso. Su sujeción a la política imperialista lo ha llevado a colaborar con todas las atrocidades cometidas contra la nación vecina, incluso convirtiendo en ley, a través del Plan Nacional de Desarrollo, los designios geopolíticos norteamericanos para el hemisferio, pues en él hizo consignar que los principales peligros para nuestra soberanía e integridad territorial no son precisamente quienes de verdad las pisotean, sino la “criminalidad trasnacional”, el “terrorismo” y la “complicidad” de algunos estados con este, y la “injerencia de potencias extrahemisféricas en la región”, es decir, los pretextos que esgrime la decadente potencia para violentar la soberanía y autodeterminación de los pueblos en esta parte del planeta.

Independientemente de la posición que se tenga frente al gobierno venezolano, el Bloque por el Paro General Indefinido rechaza esta escalada de agresión imperialista estadounidense contra Venezuela; rechaza que se utilice el suelo colombiano para ese embate y exige el retiro de todas las bases yanquis en nuestro territorio; rechaza la participación de Colombia en la OTAN; expresa su solidaridad incondicional con la resistencia que seguramente se levantará en la nación hermana y exige que los imperialistas gringos y sus cipayos de América Latina, encabezados por el gobierno colombiano, saquen sus manos del hermano país, para que el propio pueblo venezolano, haciendo pleno uso de su autodeterminación y soberanía, resuelva autónomamente sus problemas internos.

¡Abajo la agresión norteamericana a Venezuela!

¡Fuera las bases norteamericanas de Colombia! 




Comentarios